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lunes, 10 de diciembre de 2012

Largas presidencias nunca fueron buenas

Como bien recordareis todos, la pasada semana se celebró la Junta General de Accionistas del Sevilla FC S.A.D., remarcando el concepto de Sociedad Anónima Deportiva porque es un "pequeñísimo" detalle que ha de tenerse siempre presente. En dicha Junta, el presidente José Mª del Nido renovó su cargo por otros seis años más, puesto que del capital social presente, que no el número de personas presentes, obtuvo un respaldo superior al 97%.

Es por ello que conviene no olvidar que el equipo de mis amores, el tuyo, el nuestro, no es ya un club sino una S.A.D. desde el año 1992 y como tal, aunque no nos guste, tenemos que tragar con las leyes que rigen dichas sociedades. Ahora bien, una cosa será que tan sólo podrán opinar los accionistas que tengan o busquen representación y otra muy diferente, que no debería de olvidar ningún mandatario, es que esto sigue siendo fútbol y, aunque se haga y deshaga al antojo del que manda, hay mucha masa social detrás de estas S.A.D. a la que no le va a dar igual que se hunda Telefónica que el Sevilla FC, por poner dos ejemplos cualesquiera.

El nuevo Consejo de Administración cada vez tiene menos dirigentes válidos y habituales en su conformación. En cambio, la nueva constitución contará con la presencia de los principales paquetes accionariales que tiene la entidad, tanto del Nido, como Pepe Castro, como Sevillistas de Nervión a través del grupo de Utrera, estarán representados en el mismo. Pero además, tanto el paquete del máximo accionista, Rafael Carrión, y el "paquete maldito" (el de González de Caldas) también gozarán de presencia en el nuevo Consejo. Así pues, y sin que se hayan expuesto razones, porque no las hay, es completamente imposible que alguno de los accionistas mayoritarios vote en contra de su propia representación en el Consejo.

Y claro, es cuando uno se plantea tirar de memoria, repito de memoria, a expensas de que pueda equivocarme, y es que "largas presidencias nunca fueron buenas", dado que no recuerdo que ninguna de las largas presidencias ocupadas por señores, gestores o empresarios haya salido bien en esto del fútbol desde el 92, año en el que se transformaron en S.A.D..

No falta razón en reconocer que esto del fútbol es cuestión de ciclos. De hecho, esas mismas etapas las queman clubes todopoderosos como R.Madrid y FC.Barcelona, siendo incluso ciclos cortos, porque el ciclo de uno termina cuando el otro comienza a ganarlo todo.

Pero claro, cuando uno intenta comparar a su equipo, el de sus amores con clubes "de su mismo entorno deportivo", títulos aparte que ahí están y agradecido que lo estará de por vida, uno observa como el futuro  inmediato o a medio plazo no es nada esperanzador.

Si quieren comenzaré por el Deportivo de la Coruña, comandado por Augusto César Lendoiro durante más de veinte años y que también ganó una liga y estuvo a un lanzamiento de penalty de que hubiesen sido dos. No hay más que ver varios años después de aquel "Super Dépor" en lo que se ha convertido el conjunto gallego, el mismo que fue campeón de liga y que luego bajase a segunda división. ¿Qué si con otro gestor habría estado igual en estos duros momentos? Yo no lo sé, me limito a contar evidencias claras.

Luego podríamos continuar por el Villarreal, en el que Fernado Roig y su director general, el señor Llaneza, llevan más de una década al mando del submarino amarillo. Reflotado desde las aguas más profundas del fútbol de plata y bronce de este país, el conjunto castellonense disputó una semifinal de Champions ante el Arsenal y estuvo cerquita de lograr el pase. No ganó nada en cuanto a títulos se refiere, pero aquel conjunto que gustaba a todos hoy día está en segunda división y con los mismos dirigentes, aquellos que nunca tienen culpa de nada.

Mucho más sonado y conocido en nuestra ciudad es el caso del Betis, dirigido por Lopera como si el club verdiblanco se hubiese fundado en el mismo año 1992. Ausente de cultura total, manejó "el cortijo" como quiso. Hasta ganó una Copa del Rey, pero su perpetuación al cargo hizo que el Betis bajase a segunda división y hoy en día se encuentre en concurso de acreedores, por más justa o injusta que sea la legislación que regula el citado concurso. De aquel equipo con estrellas y jugadores internacionales, al igual que pasara con Depor o Villarreal, no dejó absolutamente nada, sino una deuda imborrable para los aficionados que durante muchos años aclamaron y vitorearon a sus dirigentes.

Y si hablamos de largas presidencias durante las S.A.D., aunque mande el capital de acciones, no podemos olvidar al At.Madrid de la familia Gil y del allegado Cerezo. Por todos es conocida la deuda cercana a doscientos millones de euros que tiene la sociedad con la Hacienda Pública y acreedores. ¿Qué cómo pueden fichar con esa deuda a Falcao? Pues no olviden nunca el punto geográfico en el que se encuentran dichas sociedades y el respaldo que eso conlleva desde las más altas instituciones. Ese equipo ahora ha ganado títulos europeos, igual que ya lo ha hecho el Sevilla, pero también se ha paseado por la segunda división, amén de despilfarrar infinidad de millones de euros por la perpetuación al cargo antes de Jesús Gil y ahora de su hijo Gil Marín.

Llegados a este punto es cuando me planteo qué va a pasar con mi Sevilla. No me gustan ninguno de los ejemplos que acabo de citar, ya que todos ellos guardan una estrecha relación con lo que está pasando en el "club" de mis amores. Unos ejemplos por una cosa y otros por otra, todos tienen una vinculación muy parecida entre sí. Cada vez hay menos jugadores buenos en el plantel. Se han despilfarrado más de cien millones de euros en milongas y milongas. Los fondos propios se van agotando y lo que es peor, no se dispone de muchos activos donde puede lograrse un ingreso extra.

El equipo ha entrado en los últimos años en claro declive deportivo. Primero se clasificaba para Champions agónicamente con un gol de Rodri. Luego perdió la fase previa de la Champions. Un año después volvía a perder la fase previa pero de la Europa League. Al año siguiente ya no se jugaba dicha fase previa porque quedábamos clasificados en novena posición. Aunque esto no ha terminado ni mucho menos, ahora, casi a mitad de camino, andamos clasificados en la segunda mitad de la tabla clasificatoria y con peores jugadores para remontar esto. Y encima, a este modelo que parece que no funciona desde hace tiempo, los accionistas, los que mandan, los que tienen el poder con innumerables acciones, han decidido otorgarle un crédito de otros seis años.

Me parece inviable. Me da miedo, pero yo tengo poder cero y capacidad de mando nula. Pero seguiré pensando mientras no me demuestren lo contrario que "largas presidencias nunca fueron buenas". Por suerte, estaremos aquí para verlo. Eso sí, seguiré siendo sevillista por encima de la persona que gobierne mi club, pero no puedo expresar alegría alguna con las decisiones que se toman porque además, bajo mi punto de vista, la dimisión tendría que haber llegado en el momento que los problemas personales comenzaron a crecer, pero claro, eso ya es decisión y responsabilidad de cada ser humano.

1 comentario:

Miguel dijo...

Un presidente que esta salpicado en tantos tema judiciales y en algunos hasta condenado en primera instancia NO DEBE DE SEGUIR SIENDO PRESIDENTE del club. Y menos ninguno de sus allegados ya que sera manaejar al club desde la sombra